28 de marzo de 2010

nº 381

Un par de apuntes. Ojo que hoy dormimos una hora menos…

“piensa en tu futuro. no pienses en tu pasado” Hay una persona que ahora mismo se encuentra muy lejos (y a la vez muy cerca) de aquí, que hoy me ha dejado un mail con varias frases importantes. Entre ellas, la que abre este párrafo, y la siguiente: busca un sitio lo suficientemente especial, de esos que permanecen en el recuerdo

Sitios, siempre sitios, imágenes. Mi sentido predilecto es la vista, a través de ella canalizo los recuerdos, los sentimientos, las emociones… la vista me permite inmortalizar los momentos, escribir, leer, fotografiar, grabar vídeos, y disfrutar de la belleza del mundo que me rodea.

Steve Jobs, en su discurso para la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford (del que seguro que no habéis oído naaaaaaaada nunca), dijo una de las frases más conmovedoras que he escuchado nunca sobre cómo debemos afrontar el día a día.

“el único modo de realizar un gran trabajo es amar lo que uno hace. Si no lo han encontrado aún, sigan buscando. No se conformen

Hoy no hablo de Maite. Tenía sueño y me dijo que se iba a dormir. Hoy hablo de mí, he hablado de la manera más sincera que me puedo permitir a través de un blog. Y lo hago porque… se me ha venido la inspiración justo antes de irme a dormir.

Buenas noches a todos :)

27 de marzo de 2010

Ya llegó la primavera……

general elorza

Y no olvidéis que hoy a las dos serán las tres…

25 de marzo de 2010

De los toros sí habla el Rey

Igual hoy por la tarde no debería haber entrado a leer las noticias. Lo digo por aquello de haber terminado este trimestre académico con mejor humor del que se me ha quedado al leer que nuestro Rey ha hecho unas declaraciones en defensa de los toros.

Bueno, tampoco voy a exagerar. Tan mal humor no tengo ahora mismo. De hecho ni por asomo estoy enfadado. Simplemente sorprendido. Si a estas alturas cosas como estas me ponen de mal humor… qué mal terminaría.

A mí personalmente el tema de las corridas de toros me la trae más bien al pairo. Es más, no me interesan lo más mínimo, y nunca lo he considerado como algo que me represente. Bien es verdad que no le veo nada malo (adelante, crucifíquenme si quieren, como dijo Superlayo un día***) pero me parece que los españoles tenemos cultura más que de sobra para sentirnos orgullosos y representados; la Zarzuela, sin ir más lejos, es un patrimonio del que nada se discute, porque no hay nada que discutir, y del que casi nada se habla, aunque últimamente parece que aumenta el interés que hay por ella.

Pero me desvío del asunto que me ocupa, y casi tengo que irme a clase en breves.

Mira que no ha tenido ocasiones el Rey de ganar protagonismo y de hacer declaraciones que le dieran honor a su figura como Jefe del Estado Español. Mira que no ha habido circunstancias en las que nuestro monarca podría haberse lucido defendiendo a España.

Tiró al retrete la oportunidad de defender la dignidad de las víctimas del terrorismo cuando Zapatero nos engañó con la tregua de ETA (¿Se acuerdan, se acuerdan?): en aquel momento no pronunció ni una palabra en contra de la mentira que llevó a cabo el partido socialista.

Cada día se suceden ejemplos de cómo el castellano es claramente discriminado en determinados territorios y circunstancias; nuestro monarca no hace ni una sola declaración llamando a la calma y a la unidad lingüística de nuestro territorio, no hace ni una llamada a la tolerancia a los castellano hablantes en zonas como Galicia, Cataluña, Valencia o el País Vasco.

Ni una palabra sobre la crisis. ¿Cómo que qué puede decir el Rey, NUESTRO REY, sobre la crisis? Por lo menos, como mínimo, y por dignidad personal e institucional (si es que de verdad desea tenerla) debería haber hecho alguna declaración respecto a cómo se encuentra nuestra economía, por lo menos, para ser un punto de referencia para los que ahora mismo no llegan a final de mes. Que es nuestro Rey, coño, nuestro Rey.

No se pronunció sobre la pitada que recibió en Bilbao, durante la final de la Copa del Rey. Partiendo de la base de que me da igual que le pitaran, lo que no termino de entender es que quiera transmitir esa sensación de “me da igual que me piten”… ni una declaración cada vez que le silban en público, en algún acto, en algún acontecimiento…

En lugar de eso, sólo se le ocurre hacer unas declaraciones defendiendo las corridas de toros. Como España está como está, y como vamos sobraos, nos ponemos a discutir ahora sobre las corridas de toros. Y el Rey, que tan al margen quiere estar siempre de todo, se mete a opinar.

No lo entiendo, de verdad que no lo termino de entender.

El Rey defiende la fiesta de los toros. (Libertad Digital)

22 de marzo de 2010

Utiliza el cinturón…

La actualización de hoy es breve y además, casi improvisada. Aunque creo que el mensaje está bastante calado entre los conductores (no creo que haya quien actualmente salga a circular sin ponerse el cinturón) lo acabo de ver y me ha impresionado muchísimo. Espero que os guste.

Es tan suave… tan gráfico a la vez, que no puedo evitarlo volverlo a ver.

21 de marzo de 2010

Mirando al mar…

montaje gijón blog

11 de marzo de 2010

9. 11 de marzo de 2010. El juramento.

- Háblame del juramento.

“No es fácil escribir las cosas desde el corazón, Maite. No es fácil escribirlas bien, quiero decir. El corazón late, y de cada latido salen cientos de ideas que se arremolinan en nuestra mente sin ningún orden. Esas ideas son las que sentimos más dentro de nosotros mismos, las más sinceras, las más auténticas, las más puras… y las más difíciles de transmitir.

Algo cambió aquella mañana.

El mensaje de móvil del servicio de noticias que le llegó a Paula nos hizo enterarnos a todos en un primer momento del horror.

“Una bomba de ETA en Atocha. Varios muertos y heridos”

Después teníamos recreo, y las noticias se sucedían a cada cual más trágica. Caras de preocupación, porque de repente la atmósfera de aquella mañana había adquirido un tono dramático. A continuación fuimos a la sala de ordenadores a mirar las informaciones que salían en los periódicos.

No era un coche bomba. No era un atentado más. Sí, todos son igual de tristes, igual de crueles, igual de injustos. Pero esto no era un atentado. Era una pesadilla. Infame. Cruel. Injusta. Terrible.

Ese 11 de marzo ya nada tenía sentido. Sólo valía la pena volver a casa y comprobar que ninguno de mis familiares hubiera sufrido nada. Era absurdo, tal vez, tener miedo de que a alguien de los míos le hubiese ocurrido algo; sin embargo un par de personas que conocía estuvieron a punto de perder a un familiar ese día… así que supongo que teniendo familia en Madrid no sería tan loco volver a casa y alegrarse de que hubiera habido suerte.

Recordar el 11M es revivir la sensación de preguntarse “¿por qué?” a cada segundo. Es la sensación de haber despertado de un largo letargo para darse cuenta de que lo que se vive es peor que el sueño. Es sentir que la pesadilla no es un sueño, es la vida real. Es recordar el día en el que comprendí que el mundo es injusto, pero sigue girando.

Cuando echo la vista atrás, Maite, creo que respecto a los atentados del 11M he dicho muchas cosas, y de ninguna me arrepiento. Al día siguiente, viernes, me desperté como siempre durante aquel curso de primero de bachillerato. Rutina, ducha, desayuno, y a clase. Había alguna bandera de España aderezada con crespones negros en algunas ventanas. Los periódicos reflejaban el horror y mostraban condolencias por las víctimas. No sé cuántos muertos se contaban ya en aquellas horas inmediatamente posteriores a los atentados. Muchos estaban graves y condenados a morir.

Personas que el día anterior se habían levantado para ir a trabajar.

Gente condenada a morir por culpa de unos asesinos.

Recuerdo el pin… recuerdo hasta la ropa que llevé aquel viernes. Una sudadera chulísima, color verde clarito, y vaqueros, unos vaqueros oscuros chulísimos también, y los playeros John Smith que tanto me duraron. Recordar eso… Recuerdo leer un emocionantísimo artículo en basketconfidencial; hasta las canastas lloraron aquellos atentados.

Recuerdo el pin, como te decía antes. Aquel día salí de casa por primera vez con el pin de la bandera de España que había comprado en el viaje de estudios; un pin al que le puse un crespón negro que hice cortando un pequeño trozo de papel coloreado con un rotulador.

Alguno me llamó facha.

192 personas muertas en nuestro país y aún quedaron ganas de darle cuerda a la manivela del “llevas-una-bandera-de-España-y-por-eso-eres-un-facha”. “Esto es España”, pensarán algunos. Maite, aquello fue una locura. Una auténtica locura.

Llegué a casa por la tarde, había que estudiar para un examen el lunes. No, no fui a las manifestaciones. Iba a estar el fin de semana fuera porque teníamos la etapa del Camino de Santiago Salas-Tineo-Pola de Allande, así que había que estudiar esa tarde de viernes. Llovía… Era un examen de economía, tenía los apuntes delante de mí mientras la tele estaba encendida. Aún recuerdo aquellos esquemas, aún recuerdo tratar de prestarles atención mientras en la tele se veían los trenes reventados tras las explosiones. Ventanas y cristales rotos, asientos vacíos. La policía, los bomberos y los médicos haciendo lo que podían.

Y entonces me levanté, cogí un disco de la estantería y seleccioné una canción.

Y mientras intentaba gritar Born in the USA con Bruce Springsteen, trataba de escapar del dolor que sentía por dentro. Por aquel entonces aún no había traducido la letra de esa canción, pero yo sabía que semejante grito tenía que ayudar. Y delante del televisor, me eché a llorar…

Llorar es lo único que se puede hacer cuando ya no se puede hacer nada.

Y mientras lloraba, me preguntaba cómo era posible sentir tanto dolor, cómo era posible semejante barbaridad, cómo era posible que me hubieran llamado fascista aquella misma mañana, cómo eran posibles aquellas cifras de muertos y heridos. Me preguntaba tantas cosas que con cada lágrima que derramé aquella tarde firmé conmigo mismo un juramento ineludible.

Me juré no olvidar jamás lo ocurrido. Me juré recordar cada instante, cada detalle, por pequeño que fuera. Me juré guardar para siempre el recuerdo de la angustia que sentí en aquellos horrorosos días. Me juré que no permitiría que me manipularan como trataron de hacerlo.

“A mí me da igual, a mí sólo me importa que ya no gobierna la derecha”

Traté de hacerme consciente de las 192 vidas humanas que se nos fueron esa mañana. Empaticé con el dolor hasta donde nunca pensé que podría llegar a empatizar.

Y no fui yo quien hizo ese pacto. Fueron las lágrimas rodando por la piel de mi cara las que me hicieron jurar todas esas cosas. Fueron esas lágrimas las que me empujaron a escribir en los días siguientes cosas como “Quien lo haya hecho no merece vivir en paz, quien sea, de ETA o de Al-Qaeda”.

Hoy vuelve a ser jueves, 11 de marzo.

Hoy no todos hemos ido a trabajar. Hay 192 personas que siguen sin saber quién puso fin a su vida indiscriminada e injustamente.

Vuelve a ser 11 de marzo, Maite.

Seis años después… el juramento permanece imborrable en mi memoria.”

7 de marzo de 2010

Trenes.

Domingo, 7 de marzo.

Ya lo colgué en facebook así que tampoco tiene mucho sentido que deje para más tarde lo que puedo publicar ahora en el blog. Un poco antes de tiempo, pero para rendir homenaje a los que ya no están no hace falta que sea un día determinado.

Espero que os guste.

5 de marzo de 2010

¿Por qué darle tanta importancia?

Tras un largo período de sequía sin actualizaciones regreso de mi silencio. No obstante y aunque no haya escrito nada nuevo habréis visto que hay algunos cambios estructurales en el blog. Aún no he terminado la reestructuración pero como podéis observar, podéis acceder a las principales categorías de mis artículos desde las pestañas que se encuentran justo debajo de la imagen principal. Espero que os resulte más cómodo y atractivo.

Estamos en marzo.

Y marzo, que debiera ser un mes de alegría por aquello de que empieza la primavera… marzo es oscuro, sobre todo desde hace seis años.

No voy a responder a la pregunta que da nombre a esta actualización; sería tratar de justificarme, una vez más, y ya lo he hecho en tantas ocasiones que no tendría ningún sentido seguir intentándolo. Pero me gustaría que cada uno reflexionara sobre ella.

Dentro de una semana habrán pasado ya seis años de la masacre terrorista del 11-M. Y cada día que pasa, el 11M es más eso, un par de cifras y una letra. Hablamos del 11M como si fuera un día más de nuestro calendario. “¿Qué día es hoy? 3 de febrero. ¿Y hoy? 11 de marzo.”

Se nos da muy bien olvidar. Creo que eso nos lo han enseñado muy bien todos.

Pero yo, que soy muy cabezota, no olvido.

Y tengo claro que nunca olvidaré.